En muchas ocasiones nos preguntamos de qué puede depender el que una Terapia Psicológica marche bien, logrando el paciente, de este modo, aliviar su malestar emocional.

Básicamente, el que un tratamiento psicológico resulte exitoso depende de cuatro factores y de cómo se relacionen los mismos: “las habilidades o competencias del terapeuta”, “el compromiso y la participación activa del paciente” en su proceso de mejora, “la alianza terapéutica” establecida entre el paciente y el terapeuta (es necesario que haya un buen vínculo entre ambos) y “una propuesta de tratamiento psicológico” adaptado a las necesidades personales del paciente.

Michael Lambert llevó a cabo una investigación allá por 1986, apoyándose en los hallazgos anteriores de Frank, en la que reconoció cuatro factores principales que podían predecir el éxito en una Terapia Psicológica.

Los factores extraterapéuticos explicarían un 40% del éxito en el tratamiento psicológico.

El primero de ellos hace referencia a los “factores extraterapéuticos”, es decir, a las variables que son propias del paciente y de su contexto relacional. Incluyen los rasgos de personalidad del paciente o sus fortalezas (por ejemplo; perseverancia, optimismo, afán de superación o responsabilidad).

Pero también engloban elementos de su entorno cercano, tales como el apoyo social (tener respaldo familiar o una red de amistades de calidad), el cual, ejerce de variable protectora ante las dificultades o desafíos de la vida.

En el caso de la intervención terapéutica con menores, es crucial que los padres se involucren en la Terapia Psicológica, ya que de nada sirve que el psicólogo trabaje con el pequeño, en las sesiones, hacia la consecución de unos objetivos y que luego, en casa, los padres no refuercen los logros para así, poder afianzarlos en su repertorio conductual.

Los padres son un agente multiplicador terapéutico siempre y cuando actúen en consonancia con la intervención terapéutica diseñada por el psicólogo.

Todos estos elementos inciden, favorablemente, en el proceso terapéutico, llegando a explicar hasta un 40% de la varianza del éxito obtenido.

Los factores comunes explican el 30% del éxito en el tratamiento psicológico.

El segundo alude a los “factores comunes”, entendiendo por ellos las variables compartidas por todas las terapias. Abarcan las condiciones necesarias para que la relación que se establece entre el paciente y el terapeuta sea efectiva y provechosa.

Destacan ciertas características propias del psicólogo que favorecen la buena vinculación con su paciente, tales como; la empatía, la escucha activa, el no emitir juicios, la buena comunicación, la motivación a salir de la zona de confort o la veracidad en cuanto a los aspectos formales (la puntualidad en la hora de inicio y cierre de las sesiones terapéuticas o las prescripciones para la próxima cita).

Todos estos elementos ayudan a conformar una buena alianza terapéutica y están presentes en la mayoría de las diferentes intervenciones terapéuticas, basadas en las distintas corrientes psicológicas. Tiene un 30% de peso en el éxito final del tratamiento psicológico.

tratamiento psicologico

El efecto placebo, expectación o esperanza explica el 15% del éxito en el tratamiento psicológico.

El tercer factor es el llamado “efecto placebo, expectación o esperanza”, el cual viene a referirse a las expectativas de ayuda y a la credibilidad que el paciente y el terapeuta son capaces de otorgarle a las técnicas trabajadas en el tratamiento psicológico.

Señala, de lleno, el hecho de tomar consciencia de que estamos inmersos en un proceso de intervención terapéutica y la creencia, tanto del paciente como del psicólogo, en el poder sanador y reparador de los recursos empleados en las sesiones terapéuticas.

Se trata de una valoración subjetiva de ambos y explica un 15% de la varianza de la eficacia del tratamiento psicológico.

Las técnicas o modelos empleados explican el 15% del éxito del tratamiento psicológico.

El cuarto y último factor se enfoca hacia las “técnicas o modelos” empleados por el psicólogo, es decir, a los procedimientos específicos propios de cada corriente psicológica.

Abarca el marco teórico (el cual, explicaría la sintomatología que porta el paciente) y las técnicas empleadas para que la persona se pueda ir encontrando mejor.

También tendría un peso del 15% en el éxito final de la Terapia Psicológica.

Conclusiones

El éxito del tratamiento psicológico reside en diferentes variables pero, de todas ellas, presumen de tener mayor peso las que se relacionan, directamente, con el propio paciente y su ámbito de actuación.

Clínica de Psicología, Erica López

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